El juez Charles Breyer acaba de ordenar a Donald Trump…
La tensión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el gobernador de California, Gavin Newsom, ha alcanzado un punto álgido tras las masivas protestas en Los Ángeles contra las recientes redadas migratorias. En un giro inesperado, Trump ha amenazado con encarcelar a Newsom, acusándolo de obstruir la aplicación de la ley federal.

Tom Homan, un alto funcionario de inmigración, advirtió que tanto Newsom como la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, podrían enfrentar cargos si continuaban impidiendo las operaciones migratorias. Trump, en declaraciones a la prensa, afirmó que arrestaría a Newsom si tuviera la autoridad para hacerlo, tildándolo de “tremendamente incompetente”.
En respuesta, Newsom calificó el despliegue de tropas como inmoral e ilegal, y presentó una demanda formal contra el gobierno federal por abuso de poder. “Este es un día que no esperaba ver jamás”, escribió en redes sociales, señalando que la situación representa un peligroso paso hacia el autoritarismo.

Este enfrentamiento ha polarizado a la opinión pública, dividiendo a quienes ven a Trump como un líder que busca restaurar el orden frente a una “invasión migratoria” y a aquellos que acusan al presidente de utilizar tácticas represivas e inconstitucionales. La situación en California, un bastión de resistencia contra las políticas migratorias de Trump, sigue evolucionando, mientras las redadas continúan afectando a miles de familias migrantes. La disputa entre Trump y Newsom no solo aborda la cuestión migratoria, sino que plantea un debate más amplio sobre el control constitucional en Estados Unidos.